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el cloro

.Mantener una piscina en perfectas condiciones puede parecer una tarea compleja, pero con el conocimiento adecuado y las herramientas correctas, no solo es posible, sino también sencillo. El cloro, por ejemplo, es el producto más utilizado para garantizar un agua limpia y desinfectada. Sin embargo, su correcta aplicación y manejo requieren ciertos cuidados. Este artículo está pensado para ayudarte a entender los distintos tipos de cloro, cómo medirlo y aplicarlo correctamente, y qué medidas de seguridad tomar para aprovechar al máximo sus beneficios sin riesgos. Si alguna vez te has preguntado cómo optimizar el mantenimiento de tu piscina y evitar problemas comunes, este es el lugar perfecto para comenzar.

El cloro es el químico más utilizado para mantener las piscinas limpias y desinfectadas, pero no todo el cloro es igual. Cada tipo tiene sus propias características, ventajas y usos específicos, y elegir el correcto puede marcar una gran diferencia en el mantenimiento de tu piscina. Vamos a verlo en detalle:

Cloro en tabletas

El cloro en tabletas es, probablemente, el más popular entre los propietarios de piscinas, y no es de extrañar. Estas tabletas, que suelen estar compuestas de tricloro, son fáciles de usar y están diseñadas para disolverse lentamente, liberando cloro de forma gradual.

  • Cloro activo: Las tabletas tienen un porcentaje muy alto de cloro activo, entre el 85% y el 90%, lo que las hace muy potentes.
  • ¿Cómo se usan? Simplemente colócalas en un flotador, dispensador automático o en el skimmer, y ellas harán el trabajo por ti.
  • ¿Para quién es ideal? Son perfectas para piscinas residenciales con sistemas de filtración estándar, ya que proporcionan una dosificación constante y reducen el trabajo manual.
  • Cuidado: Como contienen ácido cianúrico, es importante controlar que los niveles de estabilizador no se eleven demasiado con el tiempo, especialmente si usas estas tabletas de forma exclusiva.

Cloro líquido

El cloro líquido, conocido como hipoclorito de sodio, es una opción muy utilizada en piscinas comerciales o grandes instalaciones donde se necesita un ajuste rápido de los niveles de cloro. A diferencia de las tabletas, el cloro líquido no contiene estabilizador, lo que lo hace perfecto para piscinas donde los niveles de ácido cianúrico ya son altos.

  • Cloro activo: Contiene entre un 10% y un 15% de cloro activo, dependiendo del fabricante.
  • Ventajas: Se dispersa rápidamente en el agua, lo que lo hace ideal para situaciones donde necesitas resultados inmediatos, como después de una tormenta o en piscinas con mucho uso.
  • ¿Cómo se usa? Simplemente vierte la cantidad adecuada directamente en el agua o utiliza un dosificador automático si tu sistema lo permite.
  • ¿Para quién es ideal? Piscinas comerciales o grandes piscinas residenciales que requieren ajustes frecuentes.
  • Cuidado: Almacénalo en un lugar fresco y seco, ya que tiene una vida útil relativamente corta y puede perder eficacia si está expuesto al calor o la luz solar.

Cloro granulado

El cloro granulado es una opción muy versátil y potente, ideal para choques de cloro o ajustes rápidos. Se presenta en dos versiones principales: estabilizado y no estabilizado, cada una con sus propios usos específicos.

Granulado estabilizado (Dicloro):
  • Contiene entre un 55% y un 65% de cloro activo, junto con ácido cianúrico, lo que significa que añade estabilizador mientras desinfecta.
  • Es perfecto para aumentar rápidamente los niveles de cloro y estabilizador en piscinas recién llenadas o cuando necesitas un impulso extra.
  • ¿Cómo se usa? Diluye el granulado en un balde de agua antes de añadirlo a la piscina para evitar que se asiente en el fondo.
  • Ideal para: Piscinas residenciales o comerciales que necesitan ajustes rápidos pero también estabilidad a largo plazo.
Granulado no estabilizado (Hipoclorito de calcio):
  • Contiene entre un 65% y un 70% de cloro activo y no aporta ácido cianúrico, lo que lo hace ideal para piscinas con niveles altos de estabilizador.
  • Es excelente para tratamientos de choque, especialmente después de lluvias intensas o cuando la piscina ha estado sin uso.
  • ¿Cómo se usa? Diluye el producto antes de añadirlo, igual que con el dicloro.
  • Ideal para: Piscinas comerciales o residenciales que necesitan ajustes específicos sin riesgo de aumentar los niveles de estabilizador.

Entonces, ¿cuál deberías usar?

Todo depende de las necesidades de tu piscina y tu sistema de mantenimiento:

  • Tabletas: Ideales para un mantenimiento diario y constante, especialmente si buscas comodidad.
  • Líquido: Perfecto para ajustes rápidos o grandes piscinas que requieren cuidado frecuente.
  • Granulado: La mejor opción para choques de cloro o situaciones específicas, como lluvias intensas o un uso intensivo de la piscina.

Lo más importante es combinar las opciones según lo que tu piscina necesite en cada momento. Además, recuerda siempre medir los niveles de cloro con regularidad (idealmente una vez al día en verano) para mantenerlos dentro del rango recomendado de 0,6-2 ppm. Así garantizarás un agua cristalina, segura y lista para disfrutar.

Mantener los niveles de cloro dentro de los rangos adecuados no es solo una cuestión de comodidad, también es esencial para cumplir con la normativa y garantizar la seguridad de quienes disfrutan de la piscina. En España, el Real Decreto 742/2013 establece que el cloro libre debe mantenerse entre 0,5 y 2,0 ppm (mg/L). Es un rango que asegura que el agua esté bien desinfectada sin causar molestias a los bañistas. A continuación, te detallo cómo afecta cada nivel y por qué es importante ajustarlo correctamente.

Por debajo de 0,5 ppm: Agua sin protección adecuada

Cuando los niveles de cloro están por debajo de 0,5 ppm, la capacidad desinfectante del agua se ve gravemente afectada. El cloro libre es el encargado de eliminar bacterias, virus y otros microorganismos, pero en este rango bajo simplemente no puede cumplir su función.

¿Qué pasa entonces? Los patógenos, como E. coli o Cryptosporidium, pueden multiplicarse sin control, lo que aumenta el riesgo de infecciones gastrointestinales y problemas respiratorios. Además, el agua comienza a perder claridad y puede desarrollarse un ambiente propicio para las algas.

Esto también afecta directamente la experiencia en la piscina. Aunque visualmente puede parecer limpia, el agua con niveles tan bajos de cloro no es segura, y eso puede llevar a problemas de salud para quienes la usen.

Entre 0,5 y 2,0 ppm: El equilibrio perfecto

Este es el rango ideal según la normativa española. Dentro de estos valores, el cloro tiene suficiente fuerza para mantener el agua desinfectada y segura, sin causar irritaciones en la piel o en los ojos. Es aquí donde se encuentra el equilibrio entre salud y comodidad.

Un nivel de cloro de 1,5 ppm es óptimo en la mayoría de los casos, ya que garantiza que el agua esté bien protegida frente a microorganismos, incluso cuando hay uso intensivo de la piscina o altas temperaturas. En este rango, el cloro también actúa eficazmente contra compuestos orgánicos que los bañistas introducen al agua, como sudor o cremas solares, evitando la formación de cloraminas, esas sustancias responsables del fuerte «olor a cloro» que todos asociamos con una piscina mal cuidada.

Este equilibrio también protege la infraestructura de la piscina, como las bombas y los filtros, ya que el agua no se vuelve agresiva ni corrosiva.

Por encima de 2,0 ppm: Problemas para los bañistas y la piscina

Aunque parezca que un nivel más alto de cloro ofrece mayor desinfección, lo cierto es que superar los 2,0 ppm puede traer más inconvenientes que beneficios. En primer lugar, puede causar irritaciones en los ojos, la piel y las vías respiratorias de los bañistas. Esto es especialmente molesto en piscinas públicas, donde las quejas por estas molestias pueden ser frecuentes.

Además, niveles por encima de 3,0 ppm favorecen la acumulación de cloraminas, que no solo generan el clásico olor fuerte, sino que también son irritantes para los pulmones y afectan a quienes nadan con regularidad. La normativa española exige cerrar la piscina si el cloro libre supera los 5,0 ppm, algo que también aplica si el cloro combinado sobrepasa los 0,6 ppm.

Por último, el exceso de cloro puede ser corrosivo para los equipos de la piscina, acortando la vida útil de los sistemas de filtración, las bombas y otros componentes.

Medir y ajustar: La clave para mantener el equilibrio

Mantener el cloro dentro del rango adecuado requiere un control regular. En piscinas públicas, la normativa obliga a medir los niveles al menos una vez al día. Para piscinas privadas, aunque no hay una exigencia legal específica, es recomendable hacerlo 2-3 veces por semana, especialmente en verano.

Factores que afectan los niveles de cloro:

  • Lluvias: Diluyen el cloro presente en el agua, lo que puede hacer que los niveles caigan rápidamente.
  • Altas temperaturas: El calor acelera la descomposición del cloro, especialmente si la piscina está expuesta al sol y no se utiliza estabilizador.
  • Uso intensivo: Cada bañista introduce materia orgánica que consume cloro libre, por lo que piscinas con mucho tráfico deben ajustarse con más frecuencia.

Herramientas para medir:

Existen varias opciones para medir los niveles de cloro en tu piscina, cada una adaptada a diferentes necesidades y presupuestos:

  • Tiras reactivas
    Son rápidas y económicas. Simplemente sumerges la tira en el agua y comparas el color resultante con una tabla. Son ideales para piscinas privadas, aunque su precisión es limitada y no se recomiendan para piscinas públicas.
  • Kits de reactivos líquidos
    Ofrecen mayor precisión que las tiras. Se añaden unas gotas de reactivo a una muestra de agua y el color resultante indica los niveles de cloro. Son fáciles de usar y relativamente económicos, pero la interpretación puede ser subjetiva.
  • Fotómetros digitales
    Miden el cloro mediante luz y proporcionan lecturas digitales precisas. Son perfectos para instalaciones grandes o comerciales, aunque requieren una inversión inicial mayor y mantenimiento regular.
  • Sistemas automáticos de monitoreo
    Integrados en el sistema de filtración, controlan continuamente los niveles de cloro y otros parámetros. Son ideales para piscinas públicas o de alto uso, pero son costosos y necesitan mantenimiento especializado.

El cloro no es un producto que se pueda aplicar una sola vez y olvidar. Su función desinfectante depende de una aplicación constante y ajustada a las condiciones específicas de la piscina. Factores como el clima, la cantidad de bañistas y las lluvias pueden influir significativamente en los niveles de cloro, lo que hace que un plan de mantenimiento regular sea imprescindible para garantizar un agua limpia y segura.

El impacto del clima: qué hacer después de una tormenta

El agua de lluvia, aunque parezca inofensiva, puede alterar drásticamente el equilibrio químico de la piscina. Al entrar en contacto con el agua de la piscina, la lluvia no solo diluye el cloro, sino que también introduce contaminantes, polvo y residuos orgánicos que afectan los niveles de desinfección.

  • Después de una tormenta:
    • Los niveles de cloro libre pueden caer por debajo del rango seguro (0,5-2,0 ppm según normativa española), dejando el agua expuesta a bacterias y algas.
    • La solución es medir inmediatamente los niveles de cloro con un kit o fotómetro digital y ajustar añadiendo cloro granulado o líquido, dependiendo de la rapidez con la que necesites estabilizar el agua.

Este ajuste no solo evita problemas de calidad del agua, sino que también reduce el riesgo de tener que realizar tratamientos correctivos más costosos, como la eliminación de algas.

Uso intensivo: cómo afecta la actividad en la piscina

Cada bañista introduce una cierta cantidad de materia orgánica en la piscina, como sudor, cremas solares, lociones o incluso células de la piel. Estos compuestos reaccionan con el cloro, consumiéndolo rápidamente y reduciendo su capacidad desinfectante.

  • ¿Qué sucede cuando hay muchos bañistas?
    • Estudios muestran que una piscina con alta actividad puede consumir entre 3 y 5 gramos de cloro por persona en una hora.
    • Si el cloro no se repone adecuadamente después de un uso intensivo, el agua puede volverse insalubre en pocas horas.
  • Solución:
    • Después de días de gran afluencia, como fines de semana o eventos, mide y ajusta los niveles de cloro por la noche, cuando la piscina esté sin uso. Esto permite que el agua vuelva a estar completamente desinfectada para el día siguiente.

Frecuencia recomendada: Mantén la rutina

La frecuencia con la que debes añadir cloro depende de varios factores, como el tipo de cloro que utilizas (tabletas, líquido o granulado) y las condiciones específicas de tu piscina. Sin embargo, hay pautas generales que pueden servir como guía:

  • Piscinas residenciales estándar:
    • En verano o en climas cálidos, añade cloro diariamente o cada dos días.
    • En invierno o en periodos de menor uso, la frecuencia puede reducirse a una vez cada 2-3 días.
  • Piscinas comerciales o de uso intensivo:
    • Estas requieren ajustes diarios, ya que la actividad constante consume el cloro más rápido. Además, es importante medir los niveles varias veces al día para mantener la seguridad.

El cloro es una herramienta fundamental para mantener tu piscina en perfecto estado, pero su manejo requiere cuidado. Aunque bien utilizado es seguro y efectivo, si no se manipula con precaución puede causar problemas tanto para la salud como para la seguridad del entorno. Aquí tienes los aspectos clave que debes tener en cuenta para trabajar con cloro de manera adecuada:

Protección personal: cuida tu piel y ojos

El cloro, especialmente en forma de gránulos o tabletas, puede ser agresivo al contacto directo. Para evitar problemas, usa siempre guantes de goma que protejan tus manos y gafas que resguarden tus ojos de posibles salpicaduras. Incluso pequeñas cantidades de cloro en la piel pueden causar irritación, y en los ojos, el daño puede ser considerablemente peor. Si trabajas con cloro en un espacio cerrado o manejas grandes cantidades, usar una mascarilla también es buena idea para evitar inhalar partículas.

Almacénalo correctamente

El lugar donde guardes el cloro es crucial, no solo para mantenerlo efectivo, sino también para evitar accidentes. El cloro debe estar en un sitio fresco, seco y bien ventilado. Evita guardarlo cerca de fuentes de calor, humedad o luz solar directa, ya que estas condiciones pueden descomponer el producto y reducir su eficacia. Además, nunca lo almacenes junto a otros productos químicos como ácidos o combustibles; mezclar cloro con estos materiales puede ser peligroso y provocar reacciones violentas.

Nunca mezcles productos

Uno de los mayores errores que puedes cometer al trabajar con cloro es mezclarlo con otros productos químicos. Por ejemplo, combinar cloro líquido y granulado, o mezclarlo con ácidos, puede liberar gases peligrosos, como el cloro gaseoso, que es tóxico y altamente irritante para los pulmones. Siempre utiliza el cloro por separado y sigue las instrucciones del fabricante al pie de la letra.

Manténlo lejos del alcance de niños y mascotas

Es fundamental almacenar el cloro en un lugar seguro donde no puedan acceder niños ni animales. El cloro es tóxico si se ingiere o si entra en contacto con las mucosas, por lo que debes tratarlo como lo que es: un químico potente que debe manipularse con respeto.

Limpieza y transporte

Después de usar cloro, limpia bien la superficie donde lo has manipulado y lávate las manos a fondo, incluso si usaste guantes. Si necesitas transportar el cloro, asegúrate de que el envase esté bien cerrado y no lo coloques cerca de otros productos químicos en el vehículo.

Trabajar con cloro no es complicado, pero requiere un poco de cuidado y sentido común. Si sigues estas recomendaciones, no solo protegerás tu salud, sino que también garantizarás que el cloro conserve toda su potencia para mantener tu piscina impecable.


En conclusión el cuidado de una piscina no tiene por qué ser complicado, pero requiere constancia y atención a los detalles. Entender los diferentes tipos de cloro, mantener los niveles adecuados y utilizar las herramientas de medición correctas son pasos clave para disfrutar de un agua cristalina y segura. Recuerda que la seguridad siempre debe ser una prioridad al manipular productos químicos, y pequeños cuidados, como usar guantes y almacenar el cloro correctamente, pueden marcar una gran diferencia.

Al final, el mantenimiento de tu piscina no es solo una cuestión técnica; también es una forma de garantizar que tú y tus seres queridos puedan disfrutar de un espacio limpio, seguro y relajante. Con un poco de conocimiento y práctica, el cuidado de tu piscina se convertirá en una rutina sencilla que te permitirá disfrutar de todos sus beneficios sin complicaciones. ¡Dedica el tiempo necesario y disfruta del resultado!


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